LXVII Millas Romanas

24 abril 2006

LA ODISEA DE LAS LXVII MILLAS ROMANAS

Primero de todo, felicitar sinceramente a todos los que hicísteis posible que 150 "locos" pudiéramos experimentar lo que es recorrer Mérida y alrededores los días 21 y 22 de abril. La organización es excelente, el trato muy amable (y que conste que no estoy peloteando); todo esto hizo que la sensación fuese la de estar entre amigos.

Ahora puedo pasar a la evaluación de mis LXVII millas romanas.
Del Polideportivo Diocles salimos a las 21 horas del viernes dos amigos, locos perdidos como algunos amigos y compañeros de trabajo nos decían la víspera; acumulábamos más de 12 horas de cansancio entre trabajo y desplazamiento a Mérida, ya que vinimos de Madrid en el mismo día. Salíamos, como digo, con toda la ilusión y el ímpetu propio de un evento tan "aventurero" como prometía lo que habíamos leído previamente. Y la verdad es que no sabíamos hasta qué punto se iba a convertir en aventura, ya que, bien por las molestias que provocan las sempiternas ampollas en los pies, bien por otras molestias en piernas y cadera, nuestro calvario particular finalizó tras el primer circuito, el nocturno.

Fueron en total casi 35 kms en 7 horas y 15 minutos, los últimos 10 sufriendo como nunca había sufrido y eso que soy corredor habitual en medias maratones y diversas carreras de 10 kms; nunca había experimentado esos dolores en piernas y cadera que, creo yo se deben a no afrontar con una táctica adecuada esta prueba; me explico, y supongo que gente con más experiencia en esta prueba podrá rebatir o corroborar esta afirmación: pensábamos hacer toda la prueba andando a buen ritmo y yo creo que puede ser más "fácil" o "asequible" el combinar carrera y paseo, ya que mucho tiempo sometiendo al cuerpo a un mismo movimiento puede acabar en molestia e incluso lesión.

La verdad es que el finalizar esos casi 35 kms nos costó Dios y ayuda, pero acabamos, aunque muy mal, y aunque dije que no volvería ni loco a probar fortuna, creo que no tardando mucho, trataré de tomar la revancha a esta prueba que de momento ganó un primer asalto.

Por último, quería dejar constancia de una opinión; se que no fuimos los únicos en abandonar tan pronto, por lo que seguro experimentan la misma sensación: la de haber ido a una ciudad tan bella como Mérida y volver con la sensación de no haber visto nada. Creo que podría ser más interesante, por un lado retrasar el comienzo de la prueba hasta la mañana del sábado, temprano, eso sí, de cara a que la gente que venga de más lejos, pueda reposar la tarde y noche del viernes, y comenzar con los recorridos más atractivos, los de los pueblos y alrededores de Mérida que, aunque tengan más dificultad técnica (por un mayor desnivel), es cierto que motivan más y hace que los kilómetros pesen menos. Así, se podría acabar la noche-mañana del sábado-domingo con el circuito "urbano", de tal manera que al no tener desnivel será bien recibido y si alguien se retira, al estar cerca del Polideportivo, seguro que le pesa menos y le resulta más fácil.
Imagino que si el orden de los circuitos y las horas, son los que son, es por algo, ya que por ello lleváis 8 ediciones ya, pero entiendo que entre todos, es la manera de mejorar algo que ya es casi, inmejorable.

En fín, gracias de nuevo por todo: por la acogida, por las indicaciones (estábais pendientes de nosotros en cada bifurcación que podía dar lugar a errores), por esos avituallamientos, por los ánimos, por ese caldito que nos revivió a Luis (mi increible compañero de fatigas) y a mi, a las 4.30 de la mañana en el Diocles, junto a esas galletitas de chocolate, por llegar a ofrecernos incluso un saco de dormir para pasar esa noche allí, ya que no teníamos la noche reservada en ningún hotel,...

Seguro que volveremos a vernos... algún día!
Enhorabuena a todos los participantes y mi sincera admiración a todos los que recorrísteis los 100 kms. íntegramente.

Adolfo Miranda.

2 Comments:

At 3:22 p. m., Blogger H+QNC said...

Amigo Carlos, pasale al autor de este relato mi direccion de email por si quiere algunos consejillos para terminar la prueba el año que viene por lo que dice hizo el primer recorrido y abandono y creo que volvera por lo que dice. Su nombre es Adolfo Miranda. saludos

 
At 4:22 p. m., Anonymous Anónimo said...

Ya le hice llegar tu dirección. Seguro que si recurre a los sabios consejos de un cientounero como tú, la próxima vez estrechará en su manos uno de nuestros miliarios.

 

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